Los movimientos sísmicos, la subida del nivel del mar y de la temperatura ya es una realidad. El cambio climático, por desgracia, ha llegado para quedarse y está causando numerosos problemas a lo largo y ancho del país. Localidades con una sequía sin precedentes o ciudades inundadas por grandes tormentas o DANAS. Esto afecta de forma directa, no solo a la habitabilidad, sino a las cualidades, características y estado de los terrenos en España. Sobre todo, en las fincas agrícolas y ganaderas que ven como su producción se reduce año tras año y sus especies no soportan las altas temperaturas.
Los efectos del cambio climático sobre un terreno
El cambio climático está teniendo un impacto significativo en los terrenos, y se espera que este impacto aumente en el futuro. La mayor parte de ellos afectan de forma directa a la calidad y productividad del suelo. Algunos de los efectos más importantes del cambio climático en los terrenos incluyen:
- Aumento de la temperatura haciendo que se vuelva más árido. Esto puede afectar la calidad del suelo y la producción de cultivos.
- Sequías. Las sequías son más comunes debido al cambio climático y pueden afectar la disponibilidad de agua para los cultivos y la vida silvestre en el terreno.
- Aumento del nivel del mar. Si el terreno se encuentra cerca del mar, el aumento del nivel del mar debido al cambio climático puede causar inundaciones y dañar los cultivos y la infraestructura.
- Pérdida de biodiversidad. El cambio climático puede afectar la biodiversidad en el terreno, lo que puede tener un efecto negativo en la calidad del suelo y la producción de cultivos.
- Incendios forestales. El cambio climático puede aumentar la probabilidad de incendios forestales, lo que puede causar daños significativos en la vegetación y la infraestructura del terreno.
¿Cómo afecta el cambio climático a las construcciones de un terreno?
Los caseríos, aperos o cualquier vivienda o espacio construido en un terreno también experimentaran el impacto del cambio climático. Para minimizarlo se aconseja usar materiales resistentes, de alta calidad, diseños eficientes energéticamente e implementar técnicas que preserven la fauna y la flora del terreno. Ya que, este se va a ver afectado de distintas maneras:
- Aumento de los ríos o lagos. A medida que los glaciares se derriten y el nivel del mar aumenta, esto también repercute en los ríos. Sobre todo, en los terrenos cercanos a este tipo de lugares. Esto puede llevar a la erosión del suelo, daños en los cimientos y una mayor vulnerabilidad a las tormentas y huracanes.
- Temperaturas extremas. El cambio climático puede aumentar la frecuencia e intensidad de las olas de calor y las temperaturas extremas. Esto puede hacer que sea más difícil mantener una temperatura confortable en el interior de las viviendas y aumentar el riesgo de incendios.
- Cambios en las precipitaciones. El cambio climático también puede afectar a los patrones de precipitación, lo que puede llevar a inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en las zonas montañosas. Las viviendas ubicadas en estas zonas pueden ser especialmente vulnerables a estos efectos.
- Cambios en la vegetación. Puede tener un impacto en la calidad del aire y la salud de las personas que viven en las viviendas cercanas. La pérdida de vegetación también puede aumentar la erosión del suelo y la vulnerabilidad a las inundaciones.
Las consecuencias del cambio climático sobre la agricultura
El cambio climático tiene un gran impacto en la agricultura. Las variaciones en las temperaturas y las precipitaciones pueden tener consecuencias significativas para los cultivos y la productividad agrícola. Pero, no solo para el campo, sino para la seguridad alimentaria. Por eso, es importante tomar medidas para reducir los efectos y adaptarse, en la medida de lo posible, a los cambios.
- Diferencias en los patrones de lluvia. El cambio climático puede provocar sequías más prolongadas o lluvias más intensas, lo que puede afectar negativamente a la producción agrícola. Las sequías pueden provocar pérdidas en los cultivos, mientras que las inundaciones pueden dañar los cultivos o incluso destruirlos por completo.
- Aumento de las temperaturas. El aumento de las temperaturas puede acelerar el crecimiento de algunas plantas, pero también puede ser perjudicial para otras. Las temperaturas extremas pueden dañar los cultivos y reducir la producción. Además, el calor también puede provocar la propagación de enfermedades y plagas.
- Cambios en los patrones de crecimiento. El cambio climático puede alterar los patrones de crecimiento de los cultivos, lo que puede afectar la calidad y la cantidad de la producción. Por ejemplo, algunos cultivos pueden florecer antes de lo previsto o no florecer en absoluto.
- Aumento de las enfermedades y plagas. El cambio climático también puede afectar a la proliferación de las enfermedades y plagas que afectan a los cultivos. El aumento de las temperaturas y la humedad puede proporcionar condiciones ideales para que se desarrollen y propaguen.
¿Cómo enfrentarse al cambio climático en un terreno?
Los efectos de los cambios de temperatura y los fenómenos atmosféricos continuos harán mella en las frutales, vegetales o cualquier cultivo que haya en el suelo. Hacer frente al cambio climático implica una combinación de técnicas con el objetivo de mantener la biodiversidad, salubridad y fertilidad del suelo en todo momento. Estas son:
- Selección de cultivos resistentes al clima. Se torna imprescindible optar por cultivos que puedan resistir las condiciones climáticas extremas, como sequías, inundaciones y temperaturas muy altas.
- Regulación de la humedad del suelo. Una gestión adecuada de la humedad del suelo es esencial para hacer frente a los efectos del cambio climático. Se pueden utilizar técnicas como la conservación de agua, la siembra directa y la rotación de cultivos para regular la humedad del suelo.
- Prácticas agrícolas sostenibles. La agricultura sostenible es una forma efectiva de hacer frente al cambio climático en un terreno. Esto incluye prácticas agrícolas que minimizan la erosión del suelo, la pérdida de nutrientes y la contaminación.
- Uso de técnicas de riego eficientes. El riego es una parte importante de la gestión del terreno y es esencial para hacer frente al cambio climático. Las técnicas de riego eficientes, como el riego por goteo y el riego por aspersión, pueden ayudar a ahorrar agua y a reducir la erosión del suelo.
- Protección de la biodiversidad. Esencial para la salud del ecosistema y puede ayudar a hacer frente al cambio climático en un terreno. La conservación de la biodiversidad incluye la protección de los hábitats naturales y la promoción de la diversidad de especies.
- Uso de energías renovables. Clave para la gestión del terreno y para hacer frente al cambio climático. El uso de energías renovables, como la energía solar y eólica, puede ayudar a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y a mitigar los efectos del cambio climático.