Verduras de invierno ¿Cuáles son y cómo deben cultivarse?

Verduras de invierno ¿Cuáles son y cómo deben cultivarse?

En cuanto a las verduras de invierno, comer frutas y verduras de temporada tiene numerosos beneficios para la salud, el bolsillo y el medio ambiente. Además de reducir las emisiones de CO2 y fomentar la sostenibilidad de la tierra, se consumen los alimentos en su punto óptimo.

Aunque no lo parezca por el frío y las bajas temperaturas, existen muchos productos con muy pocas calorías, que aportan todas las vitaminas y minerales que el organismo necesita para prevenir gripes y resfriados.

¿Qué hortalizas se pueden cosechar durante la estación más fría del año?

El término cosecha se define como el proceso de recoger los productos del campo. Para llevarla a cabo se debe tener en cuenta el tiempo y la época de siembra. Cultivar en invierno tiene múltiples ventajas. Una de ellas es que muchas de las verduras que se plantan en esta estación pueden prolongarse durante todo el año, como es el caso de las lechugas. Aunque los huertos durante estos gélidos meses suelen estar vacíos, si hay una correcta planificación pueden recogerse los alimentos en un breve periodo de tiempo.
Entre los vegetales que más suelen recolectarse destacan:

  • Puerros. Son ideales para preparar caldos. Si no se dispone de un huerto, siempre pueden plantarse en maceteros pequeños o jardineras.
  • Acelgas y espinacas. Se recogen durante los meses fríos. Se caracterizan por ser ricas en ácido fólico y provitamina A.
  • Brócoli, coles de Bruselas y coliflor. Las coles son las reinas de los huertos en invierno, ya que se ven favorecidas por las temperaturas más bajas.
  • Pak choi. Es una de las verduras más conocidas en la comida asiática. Estas hortalizas están de moda en las huertas y lo mejor es que pueden cosecharse al mes de su siembra. Las que se encuentran en los supermercados españoles vienen principalmente de Almería.

¿Qué verduras de invierno se pueden cultivar y cuánto tiempo tardan en recolectarse?

Durante esta época también se puede disfrutar del auténtico sabor y olor que proporciona un huerto casero. Algunas de las más cultivadas y que mejor aguantan el clima son:

  • Zanahoria. Es una de las hortalizas más comunes. Entre sus beneficios destaca por ser un alimento rico en fósforo y hierro, calmar los problemas gástricos y prevenir el estreñimiento. Pueden ser cosechadas en un periodo de entre 3 y 4 semanas.
  • Col. Tiene numerosas opciones para ser plantada en los meses más fríos, puesto que aguantan muy bien las heladas. Un aspecto a tener en cuenta antes de cosecharla es escoger una variedad que resista a las temperaturas frías. Se estima que el tiempo para poder recogerlas sea de unas 30 semanas.
  • Coliflor. Este tipo de alimento guarda muchas similitudes con la col; aguanta muy bien los grados bajo cero. Si se desea tener una buena cosecha, se debe preparar correctamente el terreno, ya que esta planta necesita muchos nutrientes para poder crecer. El tiempo que tarda en germinar es de entre 90 y 200 días.
  • Acelgas. El cultivo de las acelgas se puede realizar durante todo el año. Entre sus beneficios destacan por contener mucha fibra y ser rica en vitaminas como la C, E y A. Sus hojas tardan en salir unos dos meses aproximadamente.
  • Espinacas. El periodo para sembrarlas es de septiembre a noviembre. Se trata de un alimento que crece rápido y que se puede obtener la primera cosecha en unos 2 meses y medio. Las espinacas son ideales para combatir la anemia, prevenir problemas en la vista y a preservar el buen funcionamiento de los huesos.
  • Apio. Es un cultivo bastante complicado ya que no soporta los fríos, pero no imposible. Destaca por su poder diurético, por ayudar a combatir la ansiedad y eliminar los cálculos renales. La duración del mismo es de unos 4 meses.
  • Lechuga. Sin duda la hortaliza más consumida, sobre todo si se vive en una zona con un clima templado. El tiempo de espera para que se desarrolle es entre 20 y 60 días.
  • Alcachofa. Necesitan un clima templado, por lo que son ideales durante los meses de Marzo y Abril. Como buena hortaliza, destacan sus propiedades diuréticas, energizantes, depurativas y por su alto contenido en minerales como el calcio, fósforo o hierro. Para poder degustarlas habrá que esperar unos 3 o 4 meses desde que se trasplantan sus semillas.
Verduras de invierno, muy diferentes a los cultivos primaverales como los de la imagen La plantación de lechugas en los huertos españoles ha ganado un gran protagonismo en este último año

Consejos para plantar verduras en invierno

Para algunas hortalizas, los meses de invierno son la mejor fecha para desarrollar sus frutos, dado que algunas especies necesitan temperaturas bajas y una alta humedad para crecer.

Sin embargo, uno de los problemas a los que se enfrentan es soportar esas mismas heladas. Llegados a este punto toca responder a unas preguntas imprescindibles: ¿Qué cuidados necesita un huerto en esta estación del año? ¿Cómo proteger las verduras de invierno?

¿Cómo mantener un buen huerto en la estación más fría del año?

El primer aspecto a tener en cuenta a la hora de cultivar verduras de invierno es saber qué tipo de alimentos se plantarán. Algunos como la col, puerros, habas o lechugas son buenas opciones, ya que en esta fecha se desarrollan sin inconvenientes.

Lo ideal es llevar una planificación en otoño para cosechar en invierno. Los expertos aconsejan que se siembre en lugares soleados para que agarren con fuerza y estén sanos.

El mes de diciembre es el ideal para preparar la tierra. Algunas tareas que se pueden desarrollar son: eliminar hierbas, nutrir el suelo, allanar el terreno, podar, étc. Respecto al abono que necesita se recomiendan especies como alfalfa, veza, centeno o trébol. Por último, una duda que surge es saber cuándo regar la tierra. La duración de los riegos debe ser corta y a primera hora de la mañana o al anochecer.

¿Qué se necesita para proteger a un huerto de las heladas?

Las principales amenazas de las verduras de invierno son las lluvias y el frío. Para quienes tienen un invernadero, esto no supone ningún problema, pero sí para el resto de cultivos que se desarrollan al aire libre.

Los especialistas aconsejan utilizar un “mulch” para aislar la temperatura. Esto es una capa vegetal de hojas secas que se coloca alrededor de las plantas y que sirve para protegerlos de los cambios climáticos que se producen en el suelo. Por ejemplo, de la humedad.

Para salvaguardar la cosecha, a menudo se utilizan protectores de cristal o plástico. Este último se usa para invernaderos, campanas y mallas.
Al ser transparente, deja pasar al sol y provoca un efecto calor.

Una opción temporal consiste en cubrir el huerto con un túnel de plástico. Estos protectores facilitan la maduración de los cultivos.

Algunas de las técnicas de protección para evitar que las heladas arruinen los cuidados de todo un año son:

  • Uso de un invernadero. Algunas hortalizas aguantarán mejor si crecen en espacios cerrados. De esta manera, se alargan las cosechas y la recolección es más productiva.
  • Evitar el uso de fertilizantes. Este tipo de producto deberá utilizarse en primavera. El problema que tiene es que su uso en los nuevos brotes u hojas los hará más sensibles a las heladas.
  • Aislamiento en macetas. Si el clima donde se han plantado es frío, conviene envolver las macetas en plástico de burbujas para que aguanten mejor las bajas precipitaciones.
  • Telas de protección. Son otra buena técnica para prevenir de aguaceros, fríos y de los picotazos de pájaros.
  • Mallas de hibernación. Se utilizan en huertas donde hay frutales. Son sencillas de colocar y protegen de cualquier inclemencia meteorológica.
  • Mantas térmicas, la mejor opción. Son económicas y fáciles de poner y quitar. Gracias a ellas, los alimentos se protegen del frío.
Cubiertas térmicas de plástico favorecen la producción de fresas, una importante verdura de invierno En España la mayor plantación de invernaderos se encuentra en Almería con más de 30.000 hectáreas

Ventajas y desventajas de sembrar verduras en esta estación

Una de sus ventajas es que requieren menos cuidados que en verano. Gracias a que el agua tarda más tiempo en evaporarse, se necesita poco riego, en algunos casos bastará con una o dos veces a la semana, por lo que el ahorro en agua es bastante significativo. Otro punto a favor es que como la temperatura es baja, hay menos riesgo de plagas de insectos y la tierra no sufre tantos daños.

Una planta que puede servir como insecticida ecológico es el ajo, puesto que es un poderoso repelente para bichos como el pulgón, ácaros, cochinillas o incluso es capaz de tratar la presencia de hongos. Por otro lado, como muchos de los alimentos crecen en espacios cerrados o aislados, permiten sembrarse los 365 días del año.

Pero no todo son buenas noticias. Una de las desventajas a la que se enfrenta este tipo de plantación es que necesita días cálidos o una mayor exposición solar para crecer en condiciones favorables.

Asimismo, si se vive en una región muy fría donde se rocen los cero grados, el uso de invernaderos será indispensable. De ahí que se necesite un desembolso económico que no todo el mundo puede asumir, porque este tipo de infraestructuras tiene un coste alto.

Otro inconveniente es que ciertos alimentos no llegan a desarrollarse con normalidad por este clima, como es el caso del pepino o la albahaca.

En determinadas ocasiones se necesita una mayor vigilancia de los terrenos. Las condiciones meteorológicas adversas pueden favorecer la aparición de hongos y provocar ciertas enfermedades.

¿Por qué tener un huerto y cultivar verduras de invierno?

La idea de poder elegir lo que comer o el hecho de estar en contacto con la naturaleza son algunos de los motivos que impulsan a tener este tipo de agricultura sostenible.

Otro punto a favor es que se permite consumir los alimentos de temporada, es decir, cuando están en el punto óptimo para cosechar y degustar sin que se pierda ningún nutriente.

Aunque su principal desventaja sea la necesidad de un invernadero por la inversión que supone, son una opción perfecta para iniciarse en la siembra y sacarle la máxima rentabilidad posible.

Por otra parte, es una alternativa excelente para personas veganas, vegetarianas o celíacas, puesto que se conoce todo el proceso total desde que se planta el alimento hasta que se consume.

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